Testimonio de Katia Pérez
Testimonio de Katia Pérez:
Libertada del Lesbianismo, a una vida consagrada para Dios.
Nueve años practicando la conducta del lesbianismo formaba parte de mi diario vivir. El concepto de Dios en mi vida, era algo relevante y sin ninguna importancia en mi manera de pensar.
El no poder entender el por que me sentía hombre siendo toda una mujer, se convirtió en uno de mis grandes interrogantes al no poder entender, que Dios siendo perfecto como lo señala en la Biblia, se halla equivocado dándome un cuerpo de mujer.
Atrapada en mis propios pensamientos y en el total desconocimiento de un Dios vivo y de poder. Fueron lo que dieron paso a una vida desordenada y vacía. La practica del lesbianismo era tan común en las amistades donde frecuentaba.
Que llegue a pensar equivocadamente, que mi practica de pecado era una conducta normal. Hoy no solo puedo entender a aquellas personas que están pasado por la situación que estaba atravesando en mi manera equivocada de vivir, sino que puedo testificarles que Dios es real y que el vivir una vida alejada de El.
No solo nos puede conducir al lesbianismo o homosexualismo, sino a todo tipo de pecado que de la misma forma desagradan a Dios; por cuanto, pecado es pecado y la paga del pecado es muerte.
Solo puedo dar gracias a Dios por cuanto pude entender, que El no solo espera que el hombre pecador se arrepienta de sus malos caminos y le busque en espíritu y en verdad. Sino que Dios trasciende todo tipo de barreras y prejuicios, para acercarse al hombre o la mujer pecadora. Con el único fin, de revelarse a este para sacarle de sus malos caminos.
La falta del conocimiento del único y verdadero Dios. Era el mayor impedimento para poder entender, que su gracia y misericordia, va por encima de todos los obstáculos o barreras y prejuicios, que nosotros mismos nos ponemos en el camino.
El pensar que un Dios Santo era capaz de escuchar mi llanto por encima de mis prejuicios y mi manera de pensar. Se convirtió en una gran lección para mi vida y para todos aquellos que e podido darles testimonio, de lo que Dios a echo en mi. El solo saber y pensar de que forma Dios me ama, y como El se desprendió de su único hijo para darlo en sacrificio por la salvación de mi vida. Hace que mi corazón se rebose de alegría y gozo.
Quien podía pensar que después de nueve años practicando el lesbianismo. Dios fuera capaz de acercarse a mi y libertar mi vida de una manera tan sencilla. Lo recuerdo como en este preciso momento; estaba sentada en la cancha del baloncesto como de acostumbre con algunos conocidos en el residencial donde vivía .
En el cual se estaba preparando el desenlace de la campaña evangelista del ex-rapero Héctor Delgado, hoy evangelista y siervo de Dios. El cual fue invitado por la fraternidad de pastores del área de Bayamón para dar un impacto evangelístico en el residencial.
Hoy puedo decir que el impacto evangelistíco fue de tal magnitud, que hasta el día de hoy, sigo impactada por el poder de Jesucristo. Recuerdo que mientras escuchaba la predicación a una corta distancia de la tarima, yo sentía como si algo se estuviera quebrantando dentro de mi cuerpo.
Cuando de repente, aquel fuerte llanto invadió mi vida, poniéndome al descubierto frente a todos mis conocidos. A los cuales pretendía hacerles creer que yo era todo un hombre.
La lucha en mi interior se hacia mas fuerte por cuanto yo decía dentro de mi, que los hombres no lloran y no quería que nadie me viera llorando para no opacar mi apariencia. Dominada por mi errada manera de pensar, aquel día aunque mi corazón fue tocado de una forma que no podía entender.
Salí corriendo de aquel lugar para que nadie me viera llorando y me encerré en el apartamento. Un fuerte arrepentimiento estremeció mi vida, pero aun yo misma desconocía lo que me sucedía.
La pregunta no se hizo esperar dentro de mi, ¿Por que me siento redargüida? ¿ Por que no dejo de llorar? ¿Por qué Dios me llama de esta forma? Estos fueron algunos de los interrogantes que cruzaron por mi mente una y otra vez. De alguna forma sabia en lo mas profundo de mi ser, que era Dios quien me llamaba.
Y no fue hasta que comencé a escudriñar las escrituras, que entendí claramente que todo aquello que estaba sucediendo, sin duda alguna; era el Espíritu Santo de Dios tocando mi corazón para trasformar mis pensamientos.
Una vez en el apartamento me senté en el suelo y estuve dos horas llorando sin detenerme. Sentí en aquel momento tomar la foto de mi madre quien había fallecido y pensé por un momento, que su perdida era lo que me impulsaba a llorar sin consuelo. Y por mas que intentaba dejar de llorar no podía ni entendía, el por que estaba llorando.
La confusión era tan grande que yo me hablaba a mi misma; deja de llorar tu estas bien, el que esta mal es Dios quien se equivoco del cuerpo que te dio y te puso uno de mujer. Que gran mentira había logrado Satanás alojar en mis pensamiento para destruir mi vida. La Biblia no se equivoca, la biología no se equivoca, o naces hombre o naces mujer. Bien dice la escritura, varón y hembra los creo Dios; Génesis: 5:2,
De la noche a la mañana todo mi mundo se derrumbo, lo que parecía darle alegría a mi corazón, ciertamente no había llenado el gran vacío que había dentro de mi. Y esa es la gran mentira que Satanás nos quiere hacer creer. Que el problema no esta en el alma, que el vacío que sentimos solo puede ser lleno con los placeres de este mundo.
Pero gracias a Dios por su palabra quien nos revela en Juan 8:44, que Satanás es padre de mentiras. Y Satanás solo vino para hurtar y matar y destruir; pero Cristo ha venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10,
Yo buscaba en los placeres del mundo para saciar mi interior y no era feliz. Toda mi felicidad estaba basada en la compañía de otras mujeres como pareja. La realidad es que aun a si mi corazón sentía ese enorme vacío que nada podía llenar. Mi vida se había convertido en un rompecabezas, el cual le faltaba esa una única pieza, que no podía ser remplazada por la mano de hombre, ni los placeres de este mundo.
Y en medio del dolor y el llanto, en medio de mi sala postrada en el suelo, en un instante de mi vida. Sentí la voz de Dios acompañada de aquella única presencia maravillosa la cual nunca había experimentado jamás.
Dios con una voz incomparable me dijo ¿KATIA, QUE TU HACES CON LAS MUJERES? En ese momento sentí como si algo se desprendiera de mis ojos, pero aun la lucha era tan grande, que todavía en mi pensamiento yo me resistía a creer que estaba mal delante de la presencia de Dios y rápidamente argumente su pregunta.
Por qué me preguntas que hago con las mujeres, si eso es lo que a mi me gusta; y la voz no se hizo esperar, con mas intensidad me pregunto de nuevo. ¿KATIA, QUE QUE TU HACES CON LAS MUJERES? Y repentinamente, callo el velo de mis ojos y entro el temor del Señor en mi vida y mi espíritu se estremeció.
Solo puede preguntarme a mi misma, ¿Katia que haces con las mujeres? Lo que haces no proviene de Dios. Pude entender en aquel momento que lo que estaba haciendo estaba mal. Al mismo tiempo me levante del suelo secando mis lagrimas, y fui donde la que era mi compañera en aquel tiempo y le dije. Yo no quiero estar mas con mujeres, voy para la iglesia y si tu no quieres ir no vallas.
Pero Dios que es tan grande y misericordioso, de la misma forma puso en su corazón que me acompañara a la iglesia. Y en aquel día, las dos aceptamos al Señor y le dimos nuestro corazón a Jesucristo, siendo hoy en día muy buenas amigas.
Recuerdo que mi apariencia era tan masculina, que en la iglesia que asistí llamada, Casa De Unción Y Jubilo. Cuando el pastor me vio a poca distancia se confundió y en un momento me dijo, El Joven Dios tiene propósitos para tu vida y de repente, se dio cuenta que yo era mujer y no un hombre. Hoy le sigo sirviendo al Señor por espacio de 4 años y tres meses.
Ayudando a los ministerios y evangelizando en todo momento en el cual Dios me da la oportunidad de hacerlo.
En mi experiencia solo le puedo decir a aquellos que están viviendo de espaldas a Dios, en el lesbianismo, el homosexualismo, o en cualquier otra conducta de pecado. Que Dios es real y que si le abren sus corazones a Jesucristo. El será capaz de cambiar sus vidas, como lo a hecho conmigo.
Esta es mi testimonio y mi experiencia en el Señor, el cual no puede ser refutado por palabras de hombres. Que el Shalom de Dios sea con todos los que han podido compartir mi experiencia con Dios. Bendiciones.
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